Los lunes no es un día que me apasione. Martes y miércoles me resultan, de normal, anodinos. El jueves me empieza a gustar un poco más, no queda nada el finde. El viernes es mi día favorito (además nací en viernes). El sábado es mi segundo día favorito. El domingo... lo detesto.
No me gusta nada la sensación del domingo por la tarde, el asomarte otra vez al abismo de la rutina. Me pasaba de estudiante y me pasa ahora.El viernes, aunque sea día de trabajo estás ya inmersa en el finde. Empieza. Y aún sigue siendo una promesa. El domingo ya se ha acabado todo.
No deja de ser una manera de ver las cosas un tanto negativa, pero siempre he disfrutado más de la espera de lo bueno.. por eso intento coger vacaciones a finales de verano. Es más fácil tener la meta en mente que pasarte el verano recordando lo pasado.
Hay algunos a los que el día que sea no les importa lo más mínimo. Como a Isis. Esta foto podría haber sido tomada cualquier día de la semana. Siempre hay tiempo para ponerse cómoda y dejarlo pasar.
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