
Un día, como muchos de verano, después de comer una de mis frutas preferidas, pensé "qué desperdicio tantas semillas a la basura"
Así que planté varias de esas pepitas en las macetas de mi balcón. Había plantado ya margaritas y otras flores, pero me quedaba sitio, así que allí fueron.
Poco más de un mes después, descubrí sorprendida que tenía sandías en mi balcón. No sólo había yendo creciendo la planta agradecida por mis riegos, sino que estaba dando frutos!
Seguiré informando sobre su evolución.