miércoles, 6 de agosto de 2008

Desayuno

Acabo de volver de la ofi de correos de Independencia. Vengo de una mala milk...
Como suele pasar, la díficil y complicadísima tarea de enviar dos cartas certificadas me ha dejado agotada.

Llego, cojo número. Gente. Más de 35 minutos esperando, la mitad de las ventanillas vacias. Me toca por fin. "Para mandar dos cartas" "Claro, rellena esto" "¿Me dejas un boli?" "No tengo, pide en otra ventanilla" Bien. Tres intentos, nadie tiene boli en una oficina de correos. Al cuarto intento me dejan uno, con cara larga. Vuelvo a mi ventanilla. "Tendrás que volver a coger número porque me voy a desayunar" "Cómoooooo"

Cinco minutos discutiendo con la señora mi derecho a ser atendida ya que ella había llamado a mi número, ella erre que erre que se tiene que ir y que yo aún tengo que rellenar dos impresos y se le hace tarde. Debo tener pinta de idiota, porque lo único que tengo que rellenar es nombre, calle, C.P. y localidad, que no es precisamente copiar la guía de teléfonos entera.
Cinco minutos de reloj. Al final la convenzo de que nos está costando más discutirlo que acabar de una p*"# vez de hacer el trámite. Con cara de fastidio, hastío y esfuerzo me dice "venga, que te lo hago".
Medio minuto después ya estaba saliendo por la puerta.

Desde el "Vuelva ud mañana" las cosas no han cambiado mucho. Luego que los funcionarios tienen mala fama y no es verdad.
Venga hombre, no me j"#*@...