martes, 13 de enero de 2015

Recta final. Dos embarazos

En la primera foto, recien cumplida la semana 36. En la segunda, 34+3.
¿Diferencias?


jueves, 8 de enero de 2015

Sobre alergias alimentarias

Creo que por aquí no lo había contado, pero soy uno de los 1.4 millones de españoles diagnosticados con una alergia alimentaria.

Las alergias a alimentos no dejan de crecer, y realmente si la sufres es algo que te condiciona bastante la vida diaria.
En el blog de Las mamás de con peques en Zaragoza, escribí no hace mucho un post sobre la nueva reglamentación de etiquetado, que ayudará a los alérgicos a comer con más tranquilidad fuera de casa.

Os dejo el link, parece que este tema de las nuevas etiquetas no está siendo demasiado difundido, ya que aunque afecta, entre otros, a restaurantes, bares y demás, hasta la fecha no se está notando su entrada en vigor.

Nadie estamos a salvo de tener alergia, se pueden presentar en cualquier momento de la vida (en mi caso fue después de los 30), así que es problema de todos, aunque parezca que sólo nos interesa a nosotros, pero es un tema de salud. También interesa si tienes un negocio de restauración, ya que, como digo, no está siendo suficientemente publicitado.

Sin más, os dejo el enlace:

Alergias y nuevas normas de información alimentaria en restaurantes  y bares

jueves, 6 de noviembre de 2014

Comprar online. Cuando hay problemas.

Llevo trabajando en el entorno de internet desde el siglo pasado, es un medio en el que me encuentro cómoda y que me conozco bastante, por eso me sorprende que me digan, como hace poco una amiga, que no se atreve a comprar online porque timan.

Sí, hay timos, claro, como en la calle. Pero la mayor parte de los negocios online son fiables, y cuentan con una mayor o menor calidad de atención al cliente. Hay de todo, pero como en las tiendas físicas.

La primera vez que compré por internet fue un dominio. Recuerdo cierto reparo a la hora de insertar el número de tarjeta. Pero fue hacerlo y un mundo se abrió ante mi. ¡Qué cómodo y qué sencillo era! Sólo tenía que tener anotados los datos de la tarjeta a mano (para evitar tener que abrir el bolso cada vez) y hale, ¡a gastar!
Pronto comencé a comprar de todo: los billetes del tren para volver a casa los fines de semana (renfe.es, una de las pioneras y a día de hoy sigue siendo tan patatera...), ropa, incluso el súper. Al principio compraba en dos que ya no existen en España (sí en otros países), porque eran versiones totalmente aparte de los súper "físicos". Ya ni me acuerdo cómo se llamaban, una era Oopshop o algo así, de Carrefour, la otra era de Alcampo. Creo recordar que cuando desaparecieron estuvieron una temporada que no hacían venta online, con los años volvieron, pero ya con sus marcas de siempre.

Mucha gente me decía que cómo me atrevía, y en cierto modo lo veía normal. Hablamos de hace 14, 15 años, por eso me sorprende escuchar los mismos razonamientos hoy en día.

En todo este tiempo he tenido pocas malas experiencias, y de momento ninguna de engaño, más bien de mala atención, pero son las menos. Casi siempre va todo rodado, recibo los productos a tiempo (y si no es así suelen avisar y disculparse), lo que me entregan  es lo que he pedido, no me cobran de más, etc etc.
Sobre todo las tiendas online de pequeños emprendedores, suelen ser las que más miman la atención.

He dejado de comprar en alguna por líos con los envíos. Llevaba años encargando todo lo de fotografía a miPix .com, pero después de varios casos de retrasos en entregas injustificados y una mala atención a mis quejas dejé de comprar allí. Una pena, porque durante unos años fueron buenísimos tanto en calidad como en rapidez en entregas. (creo que los adquirieron).

Sin embargo ultimamente he tenido dos pequeñas pegas que sirven de ejemplo como calidad o no de la atención.

La primera, muy buena. La segunda, pues bueno, no llega a ser culpa de ellos, pero no volveré a comprarles determinados productos. Os cuento.

Caso 1. Disney Store.
En mañoland (Zaragoza) teníamos una tienda Disney super chuli en la calle más céntrica de la ciudad. Una tienda en la que me gustaba mucho entrar y "picar" aunque no lo tuviera pensado. Hace unos meses la cerraron, por política de potenciar la tienda online.
Me gusta mucho comprar online, pero en este caso prefería hacerlo físicamente, sobre todo porque la mayoría de las veces entraba sin mucha idea, pero con algo salía.
Llegó el cumple de mi hijo y buscaba un Rayo McQueen a control remoto, lo compré allí, online. Menos mal que iba con tiempo porque los plazos de entrega son de una semana. Pero llegó a tiempo, y correctamente. Viene desde UK, no desde España.

Al cabo de los días vi que las pilas se agotaban sorprendentemente pronto, no duraban ni un día, así que les escribí para preguntar si era normal. Simplemente eso, nada más. Un par de días después recibí su contestación mediante email. Decía algo así como que lamentaban que nuestra experiencia con Rayo no hubiera sido todo lo mágica que se esperaba, y que confirmara mi dirección de entrega y me mandaban uno nuevo.

Ni siquiera me pedían que devolviera el defectuoso. Y efectivamente, una semana después teníamos a Rayo de nuevo en casa, y esta vez funcionando.

Tiempo de respuesta a mi mail: más que adecuado. Solución dada: satisfactoria. Mi hijo contento y yo gratamente sorprendida. ¿Volveré a comprar? Sí, está claro.

Caso 2. Vente Privée.

Una de las primeras tiendas de venta flash que llegaron a España. He comprado un montón, y me inscribí hará diez años. Nunca he tenido problema, hasta que lo hubo y con algo en lo que no había caido.
Compré un centro de planchado, buena marca, buen precio. A más del 50 % de pvp en tienda. Todo bien hasta que a los 6 meses dejó de funcionar. Obviamente aún estaba en garantía, así que con mi factura me puse en contacto con el servicio técnico de la marca en España.
Me contestaron en un par de horas. Lo sentimos, pero no nos hacemos cargo de esta garantía porque sólo cubrimos las ventas en España.
Claro, vente privée es francesa, y así está indicado en su web. Ni se me había ocurrido, culpa mia también.
Siguiente paso, a través de formulario en web me pongo en contacto con ellos y expongo mi problema. Acuse de recibo y a esperar.
Pasan los días y no contesta nadie. Me parece raro porque alguna vez he contactado con ellos y suelen ser rápidos contestando.
Vuelvo a contactar.
Nada. Ya dos semanas.
Me voy a twitter y escribo tuit a la cuenta en España. Me contestan que miran a ver qué ha pasado con mi pregunta. Pasa el tiempo, no respuesta.
Vuelvo a escribir tuit. No contestan pero me llega mail entonces con solución.

Y aquí está la solución: tengo que enviar el centro de planchado a Francia por mi cuenta, me dan la dirección del servicio técnico de allí, y tengo que guardar factura de todos los gastos que se deriven de este envío (y posterior vuelta, claro), con esos gastos me darán cheques regalo para gastar en vente privée.

Lo siento, pero no me convence. Primero, el engorro de enviar fuera de el país un paquete voluminoso. Segundo, adelantar gastos aún estando en garantía. Tercero, no quiero un vale, quiero que me paguen esos gastos. Cuarto. Tiempo de respuesta al problema, muy deficiente. Dos semanas.
Conclusión, no volveré a comprarles. Y tampoco compraré electrodomésticos o similares, artículos voluminosos y que pueden ser susceptibles de echar mano de la garantía en ninguna web que esté fuera de España sin leerme bien a fondo las condiciones de garantía.
No merece la pena el engorro si hay problemas.

Al final me he comprado otro centro de planchado. Echando cuentas me salía mejor y encontré buena oferta. Además no puedo estar sin plancha tanto tiempo y ya habian tardado dos semanas en contestarme algo...

Lo que más me fastidia es que haya sido en algo de obligado gasto. Porque a mí lo de comprar planchas, vamos, me apasiona... :-)

Ahora tenemos dos Rayos (aunque uno no funcione muy bien). También tengo dos planchas, pero eso ya no mola tanto.





jueves, 28 de agosto de 2014

Mamás añosas

- Riesgo por madre añosa-, leí en un informe ginecológico de una colega hace unos años.
-¿Y esto?
- Nada, que en cuanto pasas de los 35 te ponen ya la etiqueta esa y te controlan más.

Yo tenía 33. Con pareja, pero viviendo en otra ciudad (y trabajando, los dos en trabajos que nos gustaban y bien remunerados), pagando aún un crédito de un master, viviendo de alquiler en un minimini ático en la capital. Lo de los hijos aún no me lo planteaba para ya, pero lo tenía en mente. Siempre he querido y en ese momento tenía una pareja con la que sí tendría descendencia.

El tema me dejó un poco mosca, pero tampoco demasiado, en mi círculo más cercano tenía gente que había sido madre ya hacía tiempo y gente que aún no, así como otras que empezaban entonces.

Al final yo he sido madre después de los 35, pero he tenido suerte y el término añosa se ha quedado en desuso. Quizás porque se usaba ya demasiado. Mejor, porque por diversas circustancias, el segundo viene aún más tardío (oh, qué escándalo y qué terrible)

Autoretrato de servidora a pocos días de dar a luz


Llevamos años leyendo que las mujeres retrasan cada vez más la maternidad. La mayoría de las veces la explicación se centra en el mercado laboral. Que si estudias y quieres un trabajo bueno, que si paras pronto luego no llegas a súper ejecutiva y así no queremos...
Razones que tiran a egoistas y que recaen plenamente en la parte femenina de la pareja.

Y empezamos con las culpas. Y con los juicios.

"La famosa X, mamá a los 45" Hale, y todo el mundo (o mucha parte) a echarse las manos a la cabeza. Que si podría ser abuela, que vaya egoísta, que si no lo podía haber pensado antes, que si pobre crío con una madre tan mayor...

Me niego, no quiero entrar en ese juego. No quiero juzgar a nadie porque en un momento dado de su vida fertil se ha quedado embarazada. Primero, la naturaleza nos permite, nos condiciona, a ser madres hasta la menopausia. Cierto que la fertilidad va disminuyendo, pero no acaba hasta entonces.
No es nada antinatural. Además, siempre ha habido madres tardías, las circustancias puede que fueran distintas, como todo en la vida, vamos cambiando.

La frase éramos pocos y parió la abuela, de algún sitio viene. De la abuela que con 40 tacos y aún fertil tenía otro nene. ¿Nadie tenía amigos, o vosotros mismos, con tíos de vuestra edad?

También estamos alargando la esperanza de vida, los 40 son los 30 de antes, vivimos más. Pensemos en el siglo XIX, con 20 años eras un joven señor mayor.
Yo me miro al espejo, y lo siento, pero no veo a una abuela. Me sigo pareciendo mucho a la de hace 20 años. Que sí.

Las razones para tener hijos en una edad u otra, son muy distintas y nadie tiene derecho a juzgarlas. No tener pareja, no sentirse preparada, no querer dejar un trabajo, no poder dejar un trabajo, pareja que no quieren hijos aunque tú sí, motivos económicos, abortos, infertilidad, enfermedades no reproductivas pero que afecten de alguna forma, tener que cuidar a algún mayor, querer acabar los estudios, o tenerlos antes de empezar a trabajar, la conciliación inexistente... Puede haber tantas razones como mujeres, ¿por qué encontramos juicios tan a la ligera?

Tampoco se libran las del caso contrario. Si eres muy joven te van a criticar por delante y detras. Te van a decir que si estás loca, que no vas a vivir la juventud, que nunca tendrás un buen trabajo... Y así.
Pero casi siempre las criticas son para nosotras, las mujeres.

Como he dicho antes, en mis círculos más próximos hay tanto madres que lo fueron muy jóvenes como otras que lo hemos sido más mayores, y algunas que han sido en una edad ideal para los comentaristas de vidas ajenas (sobre 27-30 parece ser que la peña se queda más tranquila con tu edad de parir). Tanto unas como otras han tenido ventajas y desventajas. Como todo en la vida lo que hay que hacer es lograr aprovechar al máximo las circustancias, sacar partido a lo mejor y contrarestar lo peor.

A veces lees  razones que demonizan la maternidad rozando los 40 con frases que dan risa: las mayores no juegan en el suelo con los niños, no les llevas el ritmo, no vas a entenderles...

Sigo siendo ágil y me tiro al suelo cuanto haga falta, conservo la capacidad de disfrutar con el juego (y espero seguir así, tengo grandes ejemplos en mi familia), me puedo poner en el lugar de los más pequeños sin ninguna dificultad, todavía disfruto como una enana en los parques temáticos y sigo pensando que soplar por una pajita en el vaso de coca-cola es divertido.
¡Aún tengo abuelas!! Camino de los 100 años.
Tengo la madurez suficiente para ser madre y no amiga de mi hijo, aunque me lo pase muy bien con él. Todavía me acuerdo de cuando tuve 15 años y los recuerdos bien frescos para poder aconsejar (y que no me hagan ni puto caso y comprenderlo).

Soy madre porque he querido. Igual que otras de mi misma edad,  lo mismo que otras de 20 y otras de 33. Y lo intento, como todas, hacer bien todos los días, y sufro lo mismo que todas por las noches sin dormir. Disfruto lo mismo que todas con las ocurrencias del mini.
¿Y tú qué tienes qué decirme al respecto? ¿Me vas a llamar madre añosa?

Ni siquiera tengo canas.

Aunque pensándolo bien, tampoco impide eso para nada :-)

Mi abuela siempre dice que ella cuando tuvo a mi madre prefería chico, sólo por una razón: "Tienen la vida menos complicada"

A estas alturas y seguimos igual...
Mi primer embarazo, de madre añosa