De cría, cuando me encerraba en mi habitación a estudiar, lo último que miraba eran los libros en la lección que tocaba.
Siempre iba hojeando las partes que más me interesaban, aunque quedaran dos evaluaciones para llegar allí. También iba cogiendo otros libros de texto de otros años,enciclopedias, y cualquier cosa que me permitiera una lectura durante las horas de forzado fingir estudio.
Quizás por eso tenía unas notas tan irregulares...
Había un libro que leía repetidamente, no recuerdo si era un libro de texto de lectura, u otra cosa, pero tenía un pequeño cuento, o capítulo o lo que sea, que me cautivaba y se me quedó grabado "a fuego".
Contaba la historia de alguien que en carnavales se dedicaba a observar a los disfrazados y anotaba "sus miradas" así sabía quiénes estaban bajo el disfraz. Disfraz de murciélago, mirada de lobo, así que es tal...
Al final llegaba a un mono que había escapado, pero çel no sabía que era un mono. Desconcertado, sin saber quién era anotaba "disfraz de mono, mirada de hombre".
Algo así era.
Muchas veces las miradas de los animales son más humanas que las de los racionales.